Antes de que cualquier espacio se transforme, hay una fase creativa fundamental: imaginar, tocar, combinar y elegir. Todo comienza con una idea.
Una de mis etapas favoritas es la creación del moodboard, una lámina de estilo que reúne materiales reales, texturas, colores y acabados. Es una herramienta visual que me permite dar forma al carácter del ambiente antes de que empiece a materializarse.
A veces, la inspiración surge de una tela, un recuerdo o una emoción, y poco a poco va tomando cuerpo hasta convertirse en un espacio armonioso y con alma.
En este caso, los tonos tierra, beige y crema transmiten naturalidad y equilibrio: una base perfecta para hogares cálidos y elegantes.
En Dorota Interior Design, cada proyecto nace de una visión, no de un plano. Me apasiona diseñar interiores que transmitan armonía, coherencia y belleza en el día a día.
Antes de que cualquier espacio se transforme, hay una fase creativa fundamental: imaginar, tocar, combinar y elegir. Todo comienza con una idea.
Una de mis etapas favoritas es la creación del moodboard, una lámina de estilo que reúne materiales reales, texturas, colores y acabados. Es una herramienta visual que me permite dar forma al carácter del ambiente antes de que empiece a materializarse.
A veces, la inspiración surge de una tela, un recuerdo o una emoción, y poco a poco va tomando cuerpo hasta convertirse en un espacio armonioso y con alma.
En este caso, los tonos tierra, beige y crema transmiten naturalidad y equilibrio: una base perfecta para hogares cálidos y elegantes.
En Dorota Interior Design, cada proyecto nace de una visión, no de un plano. Me apasiona diseñar interiores que transmitan armonía, coherencia y belleza en el día a día.